El Beisbol y La Revolucion Cubana

Por Roberto Gonzalez - No existe en la historia un jefe de estado que haya intrevenido de moso tan conspicuo y prolongado en el deporte nacional de su país como Fidel Castro lo ha hecho con el béisbol de Cuba. Los debates en torno a Revolución Cubana que han sido tan numerosos que poca personas han destacado este fenómeno  le han dedicado un análisis detenido.

El Beisbol y La Revolucion CubanaSupongo que para algunos es un tema ligeramente humorístico, frívolo en comparación con otros muy dolorosos que atañen a la isla; para otros, en cambio, cosntituye la prueba del espíritu juvenil y sencillo del Máximo Líder. Pero debido  al arraigo y la importanacia de la pelota en la historia y la cultura de Cuba, la relación del Comandante en Jefe con el deporte nacional está lejos de ser un asunto insignificante.

El papel de Castro en el deporte cubano durante la etapa revolucionaria es sin duda una tema significativo. En cierto sentido, define el béisbol  cubano de 1959 a la fecha, un periódo histórico tan largo como el que va de principios de siglo a las Series Amateur y la recuperación de la Liga Cubana a principios de los años 40.

La extraordinaria longevidad del régimen de Castro hace imosible encontrar nada que siquiera se le aproxime en este aspecto y sólo puedo uno imaginar los más dispratados paralelos e hopótesis. Por ejemplo, es como si Franco hubiera estado involucrado profunda y visiblemente en el desarrollo del toreo en España durante su prolongado gobierno y de vez en cuando se hubiera puesto un traje de luces y bajado al coso para ensayar una cuantas verónicas.

Ignoro si Perón solía presenciar los partidos de fútbol en Argentina o si Pérez Jiménez seguía de cerca el rendimiento de los equipos olímpicos de Venezuela. Si sé que Somoza asumió la dirección del conjunto nacional de béisbol de Nicaraguense en una Serie Amateur que se celebró en Managua, pero la popularidad del béisbol en Nicaragua no puede compararse con la que tiene en Cuba y  Somoza tampoco detentó el poder tantos años como Castro.

Además, ni el fútbol en Argentina, ni los deportes olímpicos en Venezuela ni la pelota en Nicaragua se gestaron en relación con una potencia política y cultural próxima a Estados Unidos y con una institución monopolística tan poderoso como el Béisbol Organizado. La pasión deportiva del Máximo Líder es también producto de la influencia norteamericana, algo inimaginable en países latinoamericanos menos moderrnizados y más vicunlados al concepto español de la relación entre el deporte y la política.

Pero hay un aspecto del asunto que parece evidente: la identidad nacional, cultural y política de la isla se formó en el marco de su realción con Estados Unidos y solo puede encederse en ese cotexto. Todas las melopeas entonadas estso años en honor de la Unión Soviética, los hermanos países del bloque comunista, el Tercer Mundo o la América Latina han sido mayormente ya la décima parte de su población, a pesar de la severas restrcciones a la emigración que ha impuesto el gobierno de la Habana.

El proceso  que define la identidad nacional y política de la isla es una compleja mezcla de admiración y de rechazo hacia los Estados Unidos. La identidad contemporánea de Cuba se forjó en la segunda mitad del siglo XIX, al mismo tiempo que el béisbol se incorporara a l cultura de la nación en ciernes.

CONTINUARA........?

Este artículo  lo encontre en el libro CARTA DE CUBA escrito por el amigo Roberto González Echevarría de la hermana tierra de Cuba.