Luis Aparicio Salon de Fama

Por Edwin Kako Vasquez LUIS APARICIO CONSTANCIAS DE UN TORPEDERO Cuando un torpedero convierte su posición casi invulnerable con su guante entonces estamos hablando de una “escoba mágica”. Calificativo que podemos asociar a la presencia de Luis Aparicio en sus días de jugador como campo corto. El zuliano que partió por primera ocasión a Estados Unidos en 1954 no imaginaba que su abolengo peloteril lo llevaría a establecerse en el mejor béisbol del mundo. En su pensamiento retumbaba la emocionante ceremonia escenificada el 15 de noviembre de 1953 en el estadio de Maracaibo cuando recibió de su padre Luis Aparicio “El Grande” la custodia de su posición.

Luis Aparicio Salon de FamaEn su maleta llevaba una serie de herramientas de juego las cuales aprendió de su padre. Su excelencia y habilidad dentro de su territorio era de cenicienta, dominaba con maestría todo el abanico hasta morder los jardines, siempre estaba prevenido para ejecutar con éxito su pívot, su brazo  contenía una dosis de potencia para poner fuera al todo corredor que volaba buscando la primera, en fin como mencione anteriormente, era una “escoba mágica”. La escena estaba preparada y Aparicio solamente jugó dos temporadas en las Ligas Menores. En 1954 a la edad de 20 años sudo la camiseta del Waterloo donde bateó para 282 en 94 desafíos, al próximo ano jugó con el Memphis “AA” conectando para 273 en 150 juegos.

Para la temporada de 1956 se le presenta la primera oportunidad al venezolano de pisar el circo grande. La vida muchas veces nos da sorpresas y que sorpresa le dio a Aparicio cuando tuvo que reemplazar a otro mago del guante venezolano Alfonso “Chico” Carrasquel. Este mucho tiempo atrás había trazado la ruta para otros peloteros de la tierra de Bolívar. Ese fue el inicio para aquel joven venezolano que se convirtió en un excelente fildeador y en un astuto robador de bases.

En 1963 luego de jugar por espacio de 7 años con el Chicago (1956-1962) llega a los Orioles del Baltimore donde permaneció de (1963-1967). Su estabilidad en el campo corto ya era historia  y sus 5 Guantes de Oro lo hacían un paladín de su posición. En Baltimore sumó 2 Guantes de Oro más para su colección y asistió a 2 Juegos de Estrellas (1963-1964). Las temporada de 1969 y siguiente fue muy lucrativa para el zuliano donde recopilo una serie de marcas, especialmente cuando paso a ser el jugador con mayor numero de juegos jugados defiendo el campo corto 2,219, marca que destrono al veterano Luke Appling que jugó desde (1930-1950).

APARICIO ENTRE LOS MEJORES PARA CORTOS

Gracias a su faena y logros Aparicio fue nombrado entre los mejores para cortos de la historia de las Grandes Ligas. Se pueden mencionar a torpederos de primer orden como Honus Wagner aquel famoso “cambao” al que le cabía una locomotora entre sus piernas pero jamás una pelota. Stacey Davis 1890-1909 con un total de 2,370 partidos jugados, “Rabbit” Maranville quien jugó desde 1912-1935 con 2,670 apariciones en campo corto, Bill Dahlen que se prolongó desde 1891-1911 con 2,430 apariciones.

Entre los torpederos del béisbol moderno que precedieron como luminarias a Luis Aparicio encontramos a Dick Bartell (1926-1946) con 2.016 partidos, Joe Cronin 1926-1945, “Pee Wee” Reese del Brooklyn 1940-1958 y un hábil jugador de ascendencia italiana Phil Rizzuto quien fue una estrella con los Yankees de Nueva York.

APARICIO REGRESO AL CHICAGO Y TERMINO SU CARRERA CON EL BOSTON

Aparicio luego de pasar 5 temporadas con el Baltimore (1963-1967) fue enviado al Chicago White Sox junto a John Matias y Russ Zinder a cambio de Don Buford, Bruce Howard y Roger Nelson. Con los Medias Blancas participo en tres temporadas 1968-1970 antes de ser enviado a las Medias Rojas de Boston en 1971 donde estuvieron envueltos Luis Alvarado y Mike Andrews jugadores del Boston. Muchos creían que Aparicio estaba acabado ya que contaba con 37 años al momento del cambio.

El venezolano se incorporo a su nuevo equipo con una firme decisión de corresponder al club  en sus posibilidades de triunfo. En sus ultimas tres temporadas bateo para 232, 257 y 271 en 367 partidos. Fue 1,426 al cajón de los bateadores, 159 anotadas, 361 hits, 66 dobles, 4 triples, 7 jonrones, 133 carreras impulsadas, 22 bases robadas, 104 bases por bolas y bateo para 253.

En 18 temporadas su constancia  fue elegante y productiva terminando con un promedio de por vida de 262, 2,601 partidos, 10,230 turnos, 1,335 anotadas, 2,677 inatrapables, 396 dobles, 92 triples, 83 jonrones, 291 impulsadas y 506 bases robadas. Diez veces nombrado para el premio de Jugador Mas Valioso, diez Juegos de Estrellas, 9 Guantes de Oro, líder en bases robadas de la Liga Americana en nueve ocasiones consecutivas 1956-1964,  Novato del Año en 1956, inducido al Salón de la Fama del béisbol de las mayores en 1984.