Salon de Fama del Beisbol Cooperstown NY

Dentro de todas las elegancias del béisbol el Salón de la Fama en el pueblo de Cooperstown es la última parada de esos seres humanos llamados "peloteros" a su digna exaltación. Este máximo aposento guarda las grandes hazañas de un puñado de hombres que se destacaron más allá dentro del terreno de juego.

Cada uno de ellos guarda una referencia de gloria que lo diferenció de los demás. Calidad, superación, trabajo, esfuerzo, dedicación, consistencia y valor son algunos de los atributos que cuelgan en el cuello de estos grandes gladiadores del gran pasatiempo anglosajón.

Este Salón es un pasadía que te transporta a las diferentes épocas y te lleva al lugar exácto donde reposan los bustos de estos "héores deportivos" luego de haberle regalado a la fanaticada del mundo entero sus mejores habilidades. Es un jardín maravilloso donde la gloria se delata de manera coherente ofreciendote sus más grandes correlaciones en mutuo acuerdo con el reconocimiento.

Este honor perfuma el alma de estos hombres y su recuerdo cabalga en el horizonte de nuestro pensamiento como antítesis de unas ejecutorias de gran envergadura. Recuerdos que quedaran marcados en el presente, pasado y futuro en la multitud que ama este deporte y que representa la creatividad vertiginosa de estos superdotados. No cabe duda decir: "Honor a Quien Honor Merece", palabras circundantes que atesoran la mentalidad de superación del tiempo y espacio de estos galanes del bate y la bola.

Hablando desde el punto histórico el "Salón de la Fama del Béisbol" abrió sus puertas el 12 de junio de 1939, en Cooperstown, Nueva York. Hombres como Ford C. Firk amparado en el apoyo de su gran amigo William Harridge de la Liga Americana y del Comisionado del Béisbol, Kenesaw Mountain Landis y, de contribuciones de todas partes del mundo dieron pies a la realización de este sueño deportivo americano.

En definitiva, los dejo con un pensamiento: "No dejes que nadie se interponga en tus sueños, mientras buscamos, descubrimos en el camino cosas que jamás habíamos soñado, si no hubiésemos tenido el valor de intentar sueños imposibles"

EDWIN KAKO VAZQUEZ  - ESCRITOR E HISTORIADOR DEPORTIVO