Serie Mundial 1918
Por Edwin Vazquez - ESENCIA MISTICA DEL PASADO
Sigo viajando en el tiempo, me transporto a sitios y lugares los cuales fueron testigos de la historia del béisbol. Es increíble, que maravilloso es poder observar a toda esta gama de estrellas del pasado que ahora en el presente son héroes anónimos convertidos en leyendas vivientes.
Mi avioneta deportiva del pasado se estaciona en el tiempo, lugar de aterrizaje, "Fenway Park", fecha de aterrizaje, 11 de septiembre de 1918.
Los instrumentos de mi nave me indican que la tarde esta fría, la multitud es de sólo 15,238 para el sexto y posiblemente juego final de la serie entre los Medias Rojas de Boston y los Cachorros de Chicago.
Wowwwww, si que hace frío, me subo el cuello de mi abrigo y me preparo a llevarles a ustedes amigos lectores las incidencias de este partido. Todo es relativo, el tiempo y espacio se combinan para saborear este béisbol de una época ausente de muchas esquelas sociales. Que veo, es George Herman Ruth, el magnifico "Babe"!, con 23 años en su cuerpo, luce imponente, es el mejor lanzador del juego, sino que también podría ser el mejor bateador. Ganador del primero y cuarto partidos, extendió se récord durante las series a 29 entradas consecutivas sin permitir carreras hasta que los Cachorros finalmente le hicieron una anotación. Observo en mis anotaciones que dio triple en el cuarto juego que salió como un disparo por encima de la cabeza del jardinero derecho de Chicago Max Flack. Es majestuoso hablar de todos estos peloteros, se podría describir los lanzamientos del derecho Carl (Sub) May, la elegancia de Harry Hooper en el jardín derecho, la sabiduría del dirigente Ed Barrow en el dugout de Boston.
Por otro lado se puede hablar de las intransigencias financieras de los oficiales de las Ligas Mayores y los dueños de equipo que casi arruinaron el juego. Medias Rojas 2, Chicago 0, final de la tercera, Medias Rojas 2, Chicago 1, final del cuarto. Observo el heroísmo de George Whiteman, el le dio a una bola que atravesó a Flack, zumbando, en el jardín derecho, quien cometió un error que les costo las únicas dos carreras de Boston. También hizo una jugada que salvó el juego en el octavo, una atrapada a nivel de los cordones de los zapatos de una línea que diio Turner Barber hacia el jardín izquierdo-Whiteman corriendo, corriendo, corriendo, robándose la pelota y terminando con una voltereta. Es increíble amigos lectores me lo estoy gozando todo, al final del octavo Medias Rojas 2, Chicago 1.
Miro mi reloj y son las 3:05 cuando se hace el último out del partido, están celebrando en el medio del campo, la humedad de la tarde fría empieza a contagiarse con la multitud. Puedo ver desde donde estoy a Babe justo en medio de la multitud. La gente tocan sus bocinas en Kenmore Square. Los escribas del palco de prensa han comenzado a embestir sus máquinas de escribir. Estoy emocionado por todo esto, no es lo mismo leerlo que estar aquí presente, estoy ante la real historia del béisbol. Por otro lado el dueño de Boston el artesanal Harry Frazee se ve radiante por la victoria compartiendo champaña con sus amigos. Se me ha acabado el tiempo y un censor me indica que tengo que entrar nuevamente a mi "avioneta deportiva del tiempo", espero amigos que les haya gustado este hecho histórico deportivo ocurrido el 11 de septiembre de 1918, donde las Medias Rojas del Boston ganaron la Serie Mundial al Chicago 2 carreras por 1.
EDWIN KAKO VAZQUEZ
ESCRITOR E HISTORIADOR DEPORTIVO